Algunas noches
tomás asiento
mi vieja amiga.
Explotás mis sentidos
hilás fino,
y recitás poesía
la velada entera
hasta que los versos,
tus mil canciones
hagan agua por
debajo del balcón.
Entonces abro
abro la persiana,
leo tu perfume
y te veo gris,
tan gris
con verdes e
incandescentes
carcajadas de luz
Tan fría
tan expresiva
mi b ella
lluv ia . . .