de ese vago anhelo,
de sobria ignorancia
y aguda incertidumbre
de esta ilusión,
de aquel dolor
que pulula y bate
las alas de lo vivido
lo perdido y
lo temido
de volar
quebrar e
hidratar
aquél terreno fértil
de lo micro a lo macro,
fundemos un templo,
plantemos un mango,
quememos fronteras
y rompamos esquemas.